martes, 2 de junio de 2009

Hiperhidrosis


La hiperhidrosis es el exceso de la secreción sudoral. Esta puede ser de dos clases, generalizada con afectación de toda la piel, o localizada en determinadas regiones de la piel con predominio en palmas, plantas, axilas, ingles y región craneofacial.

La hiperhidrosis se produce por una hiperactividad de las fibras autonómicas simpáticas, en respuesta a estímulos periféricos, lo que aumenta la respuesta sudomotora, es decir, provocando una sudoración excesiva de forma profusa y abundante por parte de las glándulas sudoríparas ante cualquier estimulo, ya sea por actividad física, elevadas temperaturas o estímulos emocionales provocados por situaciones de estrés o angustia del paciente. Si no se trata adecuadamente puede prolongarse de por vida.

 

La presencia de sudoración excesiva hace que la piel moje la ropa, especialmente a nivel de las axilas. Si a esto le sumamos que en algunos pacientes el olor del sudor es desagradable, debido a la descomposición del sudor y de restos de células descamadas de la piel, por la acción de bacterias y de hongos que contaminan la zona; es fácil imaginarse el problema social que esta situación representa, alterando la imagen corporal de la persona. En los casos más graves, la piel de las zonas afectadas se muestra de un color rosado o blanco azulado, especialmente en los pies  la piel aparece reblandecida, macerada, en donde puede aparecer descamación, fisuras e infecciones, ya sea por bacterias o por hongos.

 

Los primeros síntomas de la sudoración excesiva en las palmas de las manos afloran alrededor de los 13 años, mientras que en las axilas suelen aparecer hacia los 19 años. El tratamiento de este tipo de afecciones no es fácil. En los casos más leves se recurre a productos de farmacia, de droguería, de aplicación local en axilas o en pies. Se han utilizado medicamentos anticolinérgicos por vía oral con efectos temporales pero con importantes efectos secundarios, retención urinaria, visión borrosa, sequedad de boca, etc., por lo que su uso no es recomendable.

 

Esta Sudoración excesiva, también puede ser tratada ahora en forma efectiva con inyecciones locales de toxina botulínica utilizada actualmente en muchas afecciones (estrabismo, arrugas, patas de gallo, distonía cervical). Estas inyecciones prometen terminar con el sudor excesivo. Las inyecciones de toxina botulínica producen un bloqueo de la transmisión nerviosa. Se aplica también en el tratamiento de la hiperhidrosis localizada. Se inyecta subcutáneamente y la sintomatología remite en una semana, pero tiene el inconveniente de que reaparece al cabo de unos meses.

 

También se pueden tratar quirúrgicamente las formas severas de este trastorno, en manos, axilas y región craneofacial. La intervención es una simpatectomía torácica mediante endoscopia, y consiste en la sección de algunos nervios y ganglios de la cadena simpática torácica. Es una intervención eficaz, siempre y cuando sea realizada por manos expertas, que requiere una hospitalización de sólo 24 horas. La mortalidad es nula y las complicaciones escasas. El resultado de esta operación es satisfactorio en el 95% de los casos, mientras que en el 5% restante hay recidiva o fracaso, que se atribuye a una insuficiente extirpación de un ganglio. El principal efecto secundario es la aparición de transpiración en otras partes del cuerpo, conocida como sudoración compensatoria, que presentan el 50% de las personas operadas. Salvo en algunos pacientes no suele ser muy severa y en muchos casos desaparece espontáneamente.



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