¿Qué es?
Es una fobia por la que el paciente desarrolla miedo a quedar atrapado sin una manera práctica y sencilla de escapar en caso de un ataque de ansiedad. El agorafóbico tiende a evitar situaciones potencialmente ansiógenas, como salir de casa, usar trasporte público, ir de compras o practicar deporte; lo que generalmente presenta un grave problema en su vida, ya que casi nunca abandona su hogar y al hacerlo presenta una gran ansiedad causada por el pánico.
Tipos
Las principales situaciones que existen en una persona agorafóbica son:
- Ataque de pánico en una situación agorafóbica: es un ataque previsible provocado por un estímulo externo. La persona ha tenido ataques en la misma situación y cree que hay muchas posibilidades de sufrirlo nuevamente, lo cual hace que aumente su temor, y al final termina teniendo el ataque.
- Ataque de pánico previsible en una situación segura: el paciente predice que va a tener un ataque porque está muy activado emocionalmente, ya sea por alegría, estrés, tristeza, enfado o preocupación, por lo que evita tener niveles altos de emoción.
- Ataque de pánico imprevisible en una situación segura: el pánico sucede cuando la persona se encuentra en un sitio calificada por ella como seguro y su estímulo es interno. Su cuerpo toma ciertas funciones fisiológicas o cambios corporales vitales que hace que la persona los malinterprete con pensamientos catastróficos, genera una gran cantidad de ansiedad y al final termina con un ataque.
- Ataque de pánico por anticipación: la persona asegura que sufrirá un ataque al ser expuesta al estimulo disparador de ansiedad, lo cual hace que sufra un ataque aún sin antes haber sido expuesta al estimulo.
Tratamientos
El mejor tratamiento es la terapia de exposición, un tipo de terapia del comportamiento. Con la ayuda de un terapeuta, la persona busca, confronta y permanece en contacto con lo que causa sus temores hasta que su ansiedad es poco a poco aliviada por la familiaridad que adquiere con la situación. La terapia de exposición ayuda a más del 90 por ciento de las personas que la practica adecuadamente.
Si la agorafobia no se trata, generalmente fluctúa en intensidad y puede incluso desaparecer sin un tratamiento formal, posiblemente porque la persona ha llevado a cabo algún tipo personal de terapia de comportamiento.
Al igual que el trastorno por pánico, la ansiedad en algunas personas que padecen agorafobia puede tener sus raíces en conflictos psicológicos subyacentes. En estos casos, la psicoterapia puede ser útil.