sábado, 25 de julio de 2009

Equinoterapia


El avance de la medicina y la cooperación de otras áreas del conocimiento han dado lugar al desarrollo de nuevos abordajes terapéuticos para diversas patologías. Entre estos nuevos desarrollos, que pretenden llegar a la persona con dificultades desde diferentes puntos de estímulo, se encuentran los llamados programas de zooterapia. Se trata de una metodología terapéutica psicoeducativa que incluye una técnica con asistencia animal.

En este tipo de terapias el animal desempeña un papel fundamental, funcionando como un poderoso estímulo. Si bien las zooterapias más difundidas son las que involucran perros, también se ha experimentado con gatos, caballos, delfines, etc.

El caballo es un animal fuertemente ligado al hombre desde tiempos remotos. Su belleza, inteligencia y capacidad de trabajo, pero sobre todo su lealtad y compañerismo para con las personas, lo transforman en un aliado ideal. Un programa de zooterapia que incluye caballos (equinos) recibe el nombre de equinoterapia o hipoterapia (hippo, caballo). En Santiago de Chile la Fundación TALA ha desarrollado un programa de equinoterapia que está obteniendo grandes éxitos en la recuperación de diversas patologías.

Por qué los equinos
La Dra. María Inés Bonvin, Médica Veterinaria, es la Directora de la Fundación TALA. Especializada en biomecánica del caballo, Bonvin trabaja junto a un equipo multidisciplinario que incluye médicos, psicólogos, terapeutas ocupacionales, etc. Ella nos explica que existen dos tipos de cabalgata:
• La deportiva, o equitación, en la cual el jinete es quien actúa sobre el equino, indicándole lo que debe hacer y logrando que realicen juntos ejercicios como saltar, correr, trotar, etc.
• La terapéutica, en la cual es el caballo el que incide sobre el jinete (o paciente) actuando como un poderoso estímulo en la recuperación de diversas patologías neurológicas, emocionales, respiratorias y articulares.

“Se produce una verdadera complementación neurofisiológica y también psicológica entre el caballo y el paciente” - sostiene Bonvin. El andar del caballo reproduce un movimiento similar al del ser humano. Por lo tanto, el cerebro del jinete recibe información como si estuviera caminando, y de allí la calidad del estímulo, por ejemplo, para un paciente con parálisis.

Los resultados de este tipo de terapia sorprenden tanto a los pacientes y sus familiares como a los propios profesionales, quienes han visto superadas sus expectativas terapéuticas.

Sumando beneficios
La equinoterapia puede resultar mucho más beneficiosa que otros tipos de programas de rehabilitación. ¿Por qué?
“En la parálisis cerebral -explica la Dra. Bonvin- los niños tienen que hacer ejercicios muy simétricos. No es lo mismo estar en una máquina un largo rato, que estar con un caballo durante una hora, en un ambiente natural, bien guiado, con un alto grado de interacción social, con sus padres, etc. Todo esto hace el tratamiento más llevadero.”

El caballo no sólo produce el estímulo psicomotriz que ya hemos descripto. También le otorga a su compañero otro inmenso caudal de mensajes capaces de estimularlo desde otros aspectos:
• Perceptivos (olor, calor, contacto, sonidos, etc.)
• Orgánicos (masaje, movimiento)
• Psíquicos (compañía, seguridad, sostén, diversión, etc.)

El programa no sólo incluye montar y cabalgar. También alimenta la relación del paciente con su compañero equino proponiendo otras actividades como su alimentación, el cepillado del pelo, la limpieza de los cascos, de los arneses... Un contacto que va más allá.

Una ayuda ideal
El desplazamiento del equino, moviliza el centro de gravedad del jinete con una cadencia variable, rítmica y repetitiva. Cada paso completo del caballo impone movimientos de la cadera de derecha-izquierda, hacia arriba-abajo y hacia adelante-atrás, con el agregado de la rotación correspondiente para mantener el equilibrio.

Los movimientos del andar equino producen en el jinete vibraciones que son transmitidas por la médula, con una frecuencia de 180 oscilaciones por minuto, siendo la misma información que recibe el cerebro cuando una persona camina. Por ello, se debe cabalgar sin montura, para que el contacto con el animal sea directo y el paciente reciba calor y masajes en la pelvis y las piernas. En media hora de caminata sobre un caballo, el paciente practica alrededor de 2 mil ajustes tónicos. El caballo es el único animal que produce este estímulo neurológico.

¿Para qué puede ser usado este estímulo? La equinoterapia está especialmente indicada en una amplia gama de alteraciones de la salud: distintos tipos de parálisis, síndrome de Down, esclerosis múltiple, epilepsia, Alzheimer, autismo y atrofia cerebral, entre otras patologías neurológicas. Pero además, en trastornos ortopédicos y traumatismos en general; problemas reumatológicos como la artritis y la artrosis; respiratorios como el asma, alergias, y cuadros psiquiátricos y psicológicos como fobias, disturbios sensoriales, y estrés.

Para los familiares, que necesitan ser animados, también puede ser una ayuda incalculable. “La recuperación puede ser muy lenta. Los padres que vienen a la hipoterapia valoran cada pequeño cambio de su hijo, hasta el más mínimo”, relata la Dra. Bonvin.

El desarrollo de este tipo de terapias puede cambiar el futuro de la recuperación de muchas personas.

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