Científicos de la Universidad Laval, en Québec, Canadá, han publicado los resultados de una investigación en la que se pidió a un grupo de personas realizar distintos tipos de trabajo y posteriormente comer en una mesa de autoservicio.
En promedio se constató que las personas que habían realizado trabajo con un gran nivel de actividad mental, como por ejemplo, leer o trabajar frente a una pantalla de PC, tenían un apetito mucho mayor.
Los científicos concluyen, por lo tanto, que las actividades como la lectura, escritura o el trabajo frente a un PC despierta un gran apetito en las personas, el que puede llevar a un consumo exagerado de alimentos, y por lo tanto a la obesidad.
“Hemos llegado a la conclusión de que el trabajo mental incide en los niveles de estrés, lo que a su vez puede estimular el apetito", declaró unos de los autores del informe, Angelo Tremblay.
Según se constató, el trabajo intelectual también incidió en las necesidades de glucosa del organismo.
Considerando entonces que el trabajo frente a las computadoras despierta el apetito en grado mayor que otras actividades que no requieren la misma actividad mental, Angelo Tremblay concluye que el volumen cada vez mayor de trabajo relacionado con computadoras en Occidente puede ser una de las razones de los niveles cada vez mayores de obesidad.
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